Henri Janssen (1872-1949),
de apodo ’Drieske’, fue un humilde obrero que trabajaba en una fabrica de
cigarrillos, tenia mujer y nueve hijos, y quería ganar dinero en las carreras
de palomas. Por aquella época, habían mas de 250.000 aficionados en Bélgica, un
pequeño país de tan solo 8 millones de habitantes, donde la Colombofilia, el
Ciclismo, y el Fútbol eran los deportes nacionales. Se podía ganar una pequeña
fortuna con una sola paloma en una sola carrera, y Henri ganó muchos premios.
Su táctica era sencilla, si alguien le ganaba, intentaba incorporar esa sangre
a su cultivo. De esa forma llegó a ser el mejor de su área. Su hijo mayor,
Fons, se movía por toda Bélgica, y fue así como llegó a descubrir palomas
mejores que las de su padre. Pero esas adquisiciones no fueron muchas, y realmente
se sentían colmados después de incorporar las palomas Ceulemans (Wegge) y las
Schoeters (Wegge x Grooter).
Henri amaba la Naturaleza
y siempre cuidó a sus palomas de la forma más natural posible. Por eso siempre
compitió al natural con sus machos y con sus hembras. Creía que la viudez, la
crianza en invierno, la oscuridad, la calefacción del palomar, la cautividad,
los tratamientos antibióticos, los piensos granulados, las vitaminas
sintéticas, y otras medidas artificiales, podían perjudicar a su cultivo. Le
enseñó todo a sus hijos, y éstos siempre continuaron con los métodos de su
padre. Excepto en una cosa, también practicaron la viudez después de la
muerte de Henri.
La casa de Henri era sencilla, igual que sus instalaciones. Tenia un palomar
para el juego al natural, otro para los pichones, y otro para las viejas
glorias. Más adelante, sus hijos construyeron dos palomares para los
viudos, y otro con aviario para las hembras viudas. Todos son palomares
pequeños, de madera sin tratar en el interior, para evitar la condensación.
Estaban orientados hacia el Suroeste, cuando en Bélgica se aconseja que miren
al Este, ó al Sureste, y por eso, cuando soplaba el viento, uno terminaba
despeinado. Día y noche, verano e invierno, año tras año, permanecían igual,
sin ninguna alteración. Los criaderos estaban en la pared trasera, frente a la
entrada, una pequeña abertura con varillas oscilantes. Detrás de la entrada hay
una plancha larga que se usa como zona de alimentación. Otro detalle importante
es que las palomas incubaban en la semioscuridad, así eran más felices,
aseguraban ellos.
Los palomares se limpiaban varias veces al día, tanto el suelo como los
criaderos. Una vez por semana se pasaba el aspirador para quitar el polvo. Y
una vez al año se desinfectaba todo con agua y lejía. Decían que de esa forma
sus palomas permanecían sanas y no tenían necesidad de recurrir al
veterinario, excepto para vacunarlas cada año contra el Paramixo. El agua la
sacaban de un pozo privado, y solo le añadían té (ortigas y plantago) durante
la muda, y miel de abejas los días de concurso. En el baño, un poco de sal, y
tal vez vinagre. En el invierno también les daban trocitos de zanahoria.
Siempre tenían a su disposición el grit, y las sales. Aparte de eso, solo
recibían semillas, las mejores que podían conseguir.
Ellos mismos hacían las mezclas de granos. Su sistema es el tipico de los
esprinters. Para desayunar daban una mezcla de semillas para pájaros. Henri
Janssen también fue un gran criador de pájaros Canarios. Para almorzar daban
una mezcla más fuerte: 60% Deportiva, y 40% Depurativa. Y para cenar daban una
mezcla más ligera: 60% Depurativa, y 40% Deportiva. Como era de esperar, estas
mezclas se venden ya preparadas, con el nombre comercial de Pan1 y Pan2. Con
una cena ligera, y con el postre matinal, lograban que los esprinters volvieran
mas rapido de los concursos. Para ellos era muy importante que las palomas
mantuvieran el peso perfecto todo el año. Tal vez dejaban de alimentar cuando
veían que empezaban a dejar la Cebada. Siempre las llamaban a comer con un
silbato.
En Bélgica, la Temporada
de Concursos va desde Marzo hasta Septiembre. Con Henri las parejas se echaban
a mediados de Febrero y hacían unas 7 u 8 nidadas consecutivas. A finales de
Septiembre se cerraban los criaderos para facilitar la Gran Muda, y a finales
de año separaban las parejas para darles el Reposo Invernal. Pero mas adelante,
cuando en Bélgica también se podía ganar mucho dinero con los pichones, de
finales de Julio a principios de Septiembre, empezaron a criar algunos a
primeros de Enero, para poder acoplarlos y competir con ellos al nido.
No tenían muchos cásales, y por eso cada año cambiaban los emparejamientos, de
esa forma podían evitar mejor una consanguinidad demasiado fuerte. Al criar con
todas sus palomas, podían ver más pronto cuales de ellas daban mejores
pichones. Perdían muy pocos ejemplares, porque solo viajaban desde
distancias cortas, con una sola noche en la cesta, y con buen tiempo. No
querían arriesgar tontamente a sus viajeras en distancias peligrosas, ó cuando
la meteorología era adversa. Tampoco vendían sus mejores aves, decían que eso
era vender el almuerzo para comprar la cena, y los que deseaban adquirir sus
pichones, a veces tenían que esperar varios años, y pagar fuertes sumas de
dinero por ellos. Con frecuencia se les oía decir: ‘elijan los pichones que
quieran, nosotros nos quedamos con el resto’. Sus viejos cracks permanecían en
Arendonk, reproduciendo hasta edades avanzadas, hasta que dejaban de ser
fértiles.
Se dice que Ulens creó la paloma mensajera, y que los Janssens la llevaron a la
perfección. Formaron su cultivo, a través de la Endocria y la Cesta, con solo cuatro
líneas, los azules de Henri, los rojos de Ceulemans, el Scali de Goossens, y
los rodados de Schoeters. Las palomas Janssens son de tamaño medio, muy
mansas, salud exuberante, plumaje excepcional, magnifica musculatura, fuerte
osamenta, alas poderosas, un gran sentido de la orientación y mucho
mordiente para un regreso muy veloz. Azules, rodadas, escalis, rojas, bayas,
con ojos blancos, ó amarillos, y alguna pluma blanca de vez en cuando, todas
del mismo tipo, bellezas a la vista y a la mano. Palomas muy rápidas, con
tiempo caliente, y viento en contra, capaces de ganar con varios minutos de
ventaja desde distancias muy cortas. Sencillamente, sprinters increíbles. Todas
esas cualidades se fueron fijando tras muchos años de cultivo y de selección,
por eso las transmiten con suma facilidad a sus descendientes. Increíbles
reproductoras. Hoy en día están repartidas por los cinco continentes, no en
vano es la raza más vendida de la
Historia de la Colombofilia. Y esto a pesar de que ellos nunca
pagaron para que otros hicieran publicidad de sus palomas. Fueron ellas mismas
las que se hicieron famosas, no por ganar directamente muchos concursos
nacionales, sino por volver campeones a todos aquellos que tenían la fortuna de
adquirir algún pichón.
Los Janssens consiguieron hacerse populares viajando al natural. Decían que
para criar buenas palomas, también había que viajar las hembras. Sus naturales
derrotaban una y otra vez a los mejores viudos. Sus hembras ganaron muchos
primeros premios. Las parejas podían criar un pichón en cada nido, el otro era
vendido muy joven. Las hembras competían con mucha frecuencia, unas quince
veces por campaña. Los machos menos. Solo encestaban palomas en superforma, por
eso ganaron tantos primeros premios. La observación y la paciencia eran
fundamentales para saber cuando una paloma estaba lista para apostar por ella.
La motivación era la natural por el nido, sin que ellos hicieran nada extra
para hipermotivarlas. Charel decía que había que entenderse bien con las
palomas buenas, y que las suyas regresaban tan rápido por él, su cuidador. Sus
naturales hacían tres bandadas diarias, a las 7:30h, las 12:00h, y las 17:00h.
Siempre vuelo libre, a voluntad, y nunca forzado. Sus yearlings volaban muy
bien al nido.
Los pichones del año, los destetaban muy pronto, ya que así se podían ganar
mejor su confianza, para que fueran muy mansas de adultas. Tenían una tabla de
alimentación, a media altura, dentro del palomar, y cada vez que los
alimentaban allí, tocaban a todos y a cada uno de ellos, para que no tuvieran
miedo de sus manos. Al principio se les dejaba sueltos casi todo el tiempo,
pero luego se les enseñaba a volar en bandada dos veces al día, hasta que
llegaba la temporada de concursos para pichones, de Julio a Septiembre.
Entonces se les daba sueltas de entrenamiento, como a las adultas. Tres veces
privadamente desde 15 Kms, soltadas una a una, cinco veces desde 38 Kms con el
Club, y luego hacían todo el programa de concursos para pichones, desde Halle
88 Kms, a Quievrain 140 Kms. Para ellos Noyon 245 Kms ya era una distancia
‘peligrosa’, y solo enviaban allí, palomas adultas con mucha experiencia desde
Quievrain, y motivadas por huevos ó pichones. Sus puntos de suelta seguían una
línea recta, que va desde Arendonk hasta Paris. Se les ponía un nidal en el
casillero, para viajarlos al natural. Todos los pichones eran seleccionados de
ese modo por la cesta. Las Janssens son palomas que maduran pronto, y
obtienen bonitos premios desde muy jóvenes.
Después de la muerte de Henri, sus hijos decidieron probar el método de la
viudez empezando solo con cuatro machos. Con éste método también ganaron muchos
premios. Los viudos criaban pichones en el primer y segundo nido, y
después de incubar diez días la tercera postura eran puestos en viudez. La
temporada deportiva para los viudos acababa en Julio. Hacían dos bandadas
diarias, a las 7am, y a las 6pm, sin forzarlos nunca. Normalmente competían dos
veces por semana. Los viejos solo veían a sus hembras después de los concursos.
Los yearlings, antes y después. La copula no era permitida antes de la partida.
El día del regreso de la competición, los dejaban con sus hembras unas dos
horas, y permanecían encerrados el resto del día en sus criaderos, en
semioscuridad para que descansaran mejor. Luego de unas pocas semanas de
competir en viudez, los apareaban, y criaban mas pichones. Las hembras viudas
estaban por el día en un aviario, y por la noche, encerradas en su
departamento. Cada pocos años las cambiaban siguiendo un sistema de rotación,
para que no se deteriorasen, y para estimular al viudo. Las jóvenes son más
ardientes. Las viejas conocen el juego y pierden el interés por el macho,
decían ellos.
Los Janssens se preocupaban mucho por sus palomas. Eran muy metódicos. Tenían
un horario y unas costumbres inflexibles, que no cambiaban por nada, ni por
nadie. Hacían rondas periódicas por los palomares a cada hora, para ver si todo
estaba bien. Se repartían el trabajo, como un equipo bien organizado. Decían
que si volvían a nacer, volverían a actuar de igual modo. Los métodos de Henri
Janssen funcionaban a la perfección, y sus hijos nunca quisieron apartarse de
ellos. Eso les trajo tremenda fama y dinero, pero ellos siempre
siguieron siendo gente amable, sencilla, y trabajadora. Podían haber
vivido de sus palomas, pero siguieron trabajando en la fábrica
hasta jubilarse y cobrar una pensión. Esa fue la Historia de los
colombófilos más grandes que jamás existieron. Puesta a disposición de todos
los principiantes, para que les sirva de guía, en estos tiempos modernos, donde
todo parece artificial y confuso.