LAS REGLAS DE ORO DE LA COLOMBOFILIA
Los éxitos de un palomar, tanto en lo que se refiere a los resultados de la cría como del vuelo, están condicionados por cuatro puntos básicos de referencia que debemos tener en cuenta, a saber; la calidad de la paloma, el manejo, la alimentación y la salud. Si cualquier de estos aspectos fundamentales falla, los resultados esperados también fallarán.
La calidad de la paloma
Se puede asegurar sin riesgo de equivocarse que en todos los palomares existen palomas de calidad. No obstante cada aficionado tiene una forma distinta de entender a sus palomas porque esto depende de la personalidad de cada uno y por esta regla de tres no todas las palomas buenas tienen igula éxito en palomares distintos.
Con todo ello el nuevo aficionado debe de proveerse de palomas de buen origen y que estén pletóricas de salud. Solo con palomas de calidad pueden conseguirse buenos ejemplares.
Dentro de la competencia que existe entre los palomares, se encuentran verdaderos aficionados que sin ninguna clase de interés personal suelen obsequiar pichones a los recién incorporados en las filas colombófilas. El aficionado novel debe partir de la base que este tipo de colombófilos no pierden el tiempo con palomas de origen dudoso por lo tanto los pichones cedidos llevan buena sangre.
Con el tiempo y a base de una selección natural las nuevas palomas y la descendencia de ellas se van adaptando a la forma de manejo del colombófilo al mismo tiempo que este va adquiriendo la experiencia necesaria, va conociendo a sus palomas y de esta forma va moldeando el tipo adecuado a su personalidad y forma de hacer.
Desgraciadamente la colombofilia también ha caído en el espiral de las prisas y son muchas las teorías que han surgido para intentar averiguar, desde un principio antes de demostrarlo, la calidad de las palomas. Algunas de ellas, sobre todo las que tratan el aspecto morfológico, suelen aproximarse bastante a describir a la paloma que posee calidad, pero por suerte o por desgracia, hay otros factores que son mucho más importantes y que supeditan la calidad de una futura campeona; la resistencia física, su carácter y el sentido de la orientación.
Estos factores no se ven y éste es otro complemento que también contribuyen a la emoción del juego.
El manejo
Este puntal depende, en su totalidad, del mismo colombófilo. Una buena sintonía con sus palomas es imprescindible.
La paloma mensajera es una atleta. El colombófilo aficionado a competir con las palomas mensajeras es idéntico a un entrenador que posee un equipo de atletas.
Un buen entrenador sabe las cualidades de sus jugadores. Cuando están en forma física, cuando están en equilibrio emocional que les permita competir con éxito, el peso que pierden después de una carrera, el tiempo que tardan en recuperarse, los corredores que son propensos a engordar, los que son mas veloces, los que son mas seguros, los fondistas etc. .. El entrenador de palomas mensajeras es idéntico.
¿Cómo se puede ser un buen entrenador de palomas mensajeras campeonas? Se deben conocer las costumbre y hábitos de las palomas, ser metódico y constante, estricto y paciente, observador y responsable.
Desgraciadamente la gran mayoría de los aficionados sólo se centran con sus palomas durante la época de competiciones pero los campeonatos se ganan durante todo el año. No obstante no debe de confundirse con vivir para las palomas.
El entrenador inteligente adapta las palomas a su horario y a su tiempo disponible y lo que es muy importante y que constituye el error de la gran mayoría; el buen entrenador debe conocer uno a uno sus corredores, por lo tanto debe entrenar el número de palomas que uno es capaz de manejar, ni una más.
La salud
Sin olvidar que la vitalidad de la paloma, la alimentación y el manejo tienen una relación muy directa con el mantenimiento de la salud, hay dos factores que marcan la pauta sobre ella; s
u espacio vital y la higiene .
Un metro cúbico es la capacidad adecuada para que una pareja de palomas tenga su espacio vital asegurado. Las palomas aún siendo animales gregarios son muy territoriales por lo que son capaces de defender su territorio hasta la extenuación.
El territorio de una pareja de palomas consiste en el espacio donde tienen el nido y el posadero donde reposan durante la noche. Este último puede estar situada en el mismo nido o en otro lugar cercano.
Un palomar donde hay más palomas que nidos y posaderos representa una continua pelea para tomar posiciones lo que significa una sobreexcitación y un estrés permanente.
Por una parte esta situación provoca un desgaste de energía considerable lo cual va en detrimento del mantenimiento del estado físico que las palomas de competición necesitan. Y por otra parte una paloma en estrés tiene el riesgo de sufrir una bajada considerable de la inmunidad frente a las enfermedades.
En consecuencia una paloma con la salud alterada no está capacitada para efectuar buenas prestaciones en una competición. Por todo y teniendo en cuenta que la paloma de carreras a la hora de competir ya de por sí va sobreexcitada, el buen entrenador colombófilo no debe permitir que otros factores incidan de forma negativa sobre el estado físico de sus aves.
Un palomar superpoblado, representa además, un hacinamiento de palomas con el correspondiente problema de exceso de excrementos y si el palomar no reúne unas condiciones adecuadas de ventilación los problemas patológicos están asegurados.
Un buen palomar no tiene que ser, forzosamente, unas instalaciones de lujo. Un buen palomar debe de tener como prioridad la funcionalidad y para ello debe reunir algunas cualidades imprescindibles: ventilado, seco, fácil de limpiar, sin rincones innecesarios y bien orientado.
La ventilación no significa corriente de aire. Para que un palomar sea bien ventilado debe de poseer el doble de altura desde el nivel superior de donde se alojan las palomas hasta la cima de la cubierta.
La alimentación
El buen colombófilo entrenador debe tener muy presente la ley de la física que afirma que “.. la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”. Una paloma de carreras que compite es muy parecida a un coche de fórmula uno. De nada sirve un buen motor aunque esté mantenido en buen estado y bien conducido si el carburante que lleva en el depósito no contiene la energía suficiente para sacarle el máximo rendimiento.
Tampoco pues, de nada sirve una buena paloma mantenida en buena salud y manejada correctamente si la alimentación que se le suministra no aporta la energía suficiente para obtener las máximas prestaciones que se espera de ella. Y por otra parte una alimentación incorrecta va creando toxinas e impurezas en su organismo con lo que la recuperación para las próximas competiciones y el mantenimiento de la forma se complica. Al final se resiente la salud.
Alimentar a las palomas de carreras no es simplemente llenar el comedero de granos y semillas. Tampoco es ir al comerciante más próximo y adquirir mezclas de semillas mal fundamentadas, mal copiadas y de dudosa calidad cuyo objetivo es conseguir el mínimo precio.
El buen entrenador colombófilo debe conocer en todo momento las características de la dieta que suministra a sus palomas. Es decir la calidad de sus semillas y su contenido en calorías, proteínas, grasas, fibra etc.
En honor a la verdad todavía no existen unos conocimientos generalizados a nivel de los aficionados sobre estos puntos de la alimentación debido principalmente a la falta de información sobre el tema.
El aficionado que empieza debe de tener en cuenta que durante el año las palomas deben recibir dietas adecuadas a cada momento; mantenimiento, muda, cría, crecimiento, competiciones, recuperación, etc..
En cada fase de todas estas etapas las necesidades energéticas y proteínicas son distintas no obstante no se trata de que el entrenador colombófilo tenga que ser un experto en nutrición pero si es imprescindible saber el tipo de dietas que corresponde de acuerdo con el trabajo que desarrollan sus palomas.
Junto con la suerte éstas son las cuatro normas elementales para triunfar en colombofilia.